sábado, noviembre 24, 2007

'Gloria' de Salvador Díaz Mirón


No intentes convencerme de torpeza
con los delirios de tu mente loca:
mi razón es al par luz y firmeza
firmeza y luz como el cristal de roca.

Semejante al nocturno peregrino
mi esperanza inmortal no mira al suelo:
no viendo mas que sombras en el camino
sólo contempla el esplendor del cielo.

Vanas son las imágenes que entraña
tu espíritu infantil, santuario obscuro.
Tu numen, como el oro en la montaña,
es virginal y por lo mismo impuro.

A través de este vórtice que crispa,
y ávido de brillar, vuelo o me arrastro,
oruga enamorada de una chispa,
o águila enamorada de un astro.

Inútil es que con tenaz murmullo
exageres el lance en que me enredo:
yo soy altivo, y el que alienta orgullo
lleva un broquel impenetrable al miedo.

Fiado en el instinto que me empuja
desprecio los peligros que señalas:
"El ave canta aunque la rama cruja,
como que sabe lo que son sus alas".

Erguido bajo el golpe en la porfía,
me siento superior a la victoria.
Tengo fe en mí: la adversidad podría
quitarme el triunfo, pero no la gloria.

¡Deja que me persigan los abyectos!
¡Quiero atraer la envidia aunque me abrume!
La flor en que posan los insectos
es rica de matiz y de perfume.

El mal es el teatro en cuyo foro
la virtud, esa trágica, descuella;
es la sibila de palabra de oro,
la sombra que hace resaltar la estrella.

¡Alumbrar es arder! ¡Estro encendido
será el fuego voraz que me consuma!
La perla brota del molusco herido
y Venus nace de la amarga espuma.

Los claros timbres de que estoy ufano
han de salir de la calumnia ilesos.
Hay plumajes que cruzan el pantano
y no se manchan... ¡Mi plumaje es de esos!

¡Fuerza es que sufra mi pasión! La palma
crece en la orilla que el oleaje azota.
El mérito es el náufrago del alma:
vivo, se hunde, pero muerto flota!
¡

Depón el ceño y que tu voz me arrulle!
¡Consuela el corazón del que te ama!
Dios dijo al agua del torrente: ¡bulle!
Y al lirio de la margen: ¡embalsama!

¡Confórmate, mujer! Hemos venido
a este valle de lágrimas que abate,
tú, como paloma, para el nido,
y yo, como el león para el combate.

lunes, noviembre 12, 2007

Colección segura por mi tío Don Diavolo

Aquí los 7 pasos para tener una colección protegida y segura.

1. Buscar un lugar apropiado. No me refiero a vitrinas, ni estantes sino a un lugar donde pueda lucir una colección digna que se aparte de estar en la casa de alguien que sepamos pueda atentar contra nuestra colección.
2. Analizar si puede existir un nuevo espacio físico para hospedar la colección, sino empieza ahorrando primero para obtener uno bueno, y luego puedes seguir con lo demás. Ojo aquí pueden existir crisis de identidad, donde ya tengas un lugar apropiado y ya no quieras coleccionar cosas, por ello recomiendo que relativamente vayas pagando un lugar y seguir con lo demás.
3. Aprende a distribuir las cosas mientras permanezcan en tu hogar.Muchas veces se deja regado todo que los mismos padres piensan que como luce, es basura. Mantenerlo todo limpio es muy importante, porque la apariencia genera su desconfianza al momento de tirarlo.
4. No digas `soy coleccionista´ a tus familiares, lo más probable es que al principio se rían de ti y se apropien de esa inseguridad para despojarte.
5. Si de algo te han despojado, utilízalo como pretexto para seguir luchando como coleccionista, esa es su mentalidad, jamás nos rendimos hasta obtener el objeto fálico que nos produce satisfacción.
6. Una vez que tengas el capital, piensa antes de comprar, porque puede pasarte que a la semana deje ya de gustarte y solo sea un ocupante más.
7. Jamás pero jamás caigas en el exceso de vender cosas de las que después te puedas arrepentir con tal de conseguir obsesivamente algo, porque luego hasta las novias andan intercambiando.

Queridos coleccionistas, espero estos siete puntos generales sean de utilidad. Esta tarea no es nada sencilla, sean felices y jamás pierdan la capacidad de asombro ni la adrenalina que genera el haber conseguido ese algo que se ha conseguido, Alexander out...

martes, noviembre 06, 2007

"Piedad" de Amado Nervo

"Yo vengo de la noche,
la luz del sol me ciega,
y por eso me abismo en tus pupilas
rogándole a tu amor que no amanezcan.

"Detesto el mediodía:
el mediodía, Berta,
es un gran loto azul en cuyo cáliz
un pistilo de lumbre centellea.

"La noche es una rosa,
mística rosa negra
salpicada de pólenes de plata:
las estrellas.

"¿Ves? El sol, como un ojo
inyectado de cólera, me acecha:
¡Oh! Deja que me abisme en tus pupilas
rogándole a tu amor que no amanezcan".