viernes, febrero 20, 2015

Las cosas más importantes son siempre las más difíciles de contar. Son cosas de las que uno se avergüenza, porque las palabras la degradan. Al formular de manera verbal algo que mentalmente nos parecía ilimitado, lo reducimos a tamaño natural. Claro que eso no es todo, ¿verdad? Todo aquello que consideramos más importante está siempre demasiado cerca de nuestros sentimientos y deseos más recónditos, como marcas hacia un tesoro que los enemigos ansiaran robarnos. Y a veces hacemos revelaciones de este tipo y nos encontramos solo con la mirada extrañada de la gente que no entiende en absoluto lo que hemos contado, ni por qué nos puede parecer tan importante como para que casi se nos quiebre la voz al contarlo. Creo que eso es precisamente lo peor. Que el secreto lo siga siendo, no por falta de un narrador, sino por falta de un oyente comprensivo.

Fragmento de El cuerpo, de Stephen King.

martes, febrero 17, 2015

Me lo mandaste como en quince mil mensajes y como se te acabó el saldo, llegó mocho. Lo guardé, pero se fue con el celular cuando lo perdí. Ahora helo aquí. 


Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,
mas otras apenas vemos entre un paso y otro.
A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
que nos muestra lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos,
con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

Mas el destino nos presenta a otros amigos,
los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.
Son sinceros, son verdaderos.
Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
y entonces es llamado un amigo enamorado.
Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Mas también hay aquellos amigos por un tiempo,
tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
durante el tiempo que estamos cerca.

Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
aquellos que están en la punta de las ramas
y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.

Habrá los que se llevarán mucho,
pero no habrán de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida
y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.


El árbol de los amigos

De Jorge Luis Borges


sábado, febrero 14, 2015

Para ti.

No sé cómo empezar esto. Te escribo en este día sólo por tomarlo de pretexto. La mayoría de las cosas que escribiré (o todas tal vez) ya las sabes, ya te las he dicho o al menos te las imaginas. 
Te quiero de verdad, es inevitable no acordarme de tantas cosas el día de hoy. Ay no sé ni qué, sólo es que de verdad me siento tan afortunada de tenerte. No sé por qué no puedo escribir esto de otra forma que no sea en enunciados. 
Tenía mucho miedo de equivocarme, (eso sí lo sabes), pero tanto trabajo me costaste y me costé yo misma, que ahora sé cuánto valió la pena y por eso no puedo arrepentirme de nada. Eres lo mejor, de lo mejor, en lo mejor, entre lo mejor jajaja. 
Mañana hará un año de todo aquello, de todo aquello tan raro que pasó. Y sólo puedo decirte que te amo, que no sé cómo explicartelo pero todo lo que siento lo siento con cada una de las células de mi cuerpo, cuando te veo, cuando te toco, cuando te escucho, cuando te pienso. Eres la mejor mala decisión de mi vida.
A veces pienso en todo el tiempo que quisiera pasar contigo, de aquí hasta siempre o algo así, pero últimamente me he dado cuenta de que así sólo lo desperdicio. Al principio sólo pensaba en disfrutar el tiempo que durara, mi cabecita tan loca (y divertida) pensaba cosas taaaaan distintas a las que piensa ahora. A veces uno, cuando pasa el tiempo, da por hecho muchísimas cosas y se aisla de los momentos de los que verdaderamente puede disfrutar. Ese es mi propósito en este año nuevo. El amor me ha cambiado bastante y ya no puedo volver a ser la misma, pero puedo corregir las cosas que no me gustan. 
Te agradezco la amistad que me brindaste primero, tu cariño, tu paciencia, tu apoyo, tu atención, tu tiempo, y lo más importante: tu amor. (Toma esto como la dedicatoria en mi tesis que jamás existirá jaja.) Gracias por todo corazoncito.


Te ama, Luisa.

sábado, febrero 07, 2015